domingo, 29 de enero de 2012

sábado, 28 de enero de 2012

Mi linea.


Ya tengo la capacidad de decidir por mí y, si me equivoco, cargar con mi cruz.

Tras haber pasado un tiempo no tan bueno como hubiese gustado, una persona reflexiona, analiza y actúa en consecuencia. Es lo que hecho yo.

He pasado por dos meses en los cuales me equivoqué casi constantemente, me alejé de mi meta y me olvidé de lo verdaderamente importante dándole demasiado margen al error.

Me he fallado y he fracasado en mi única obligación.

Es ahora cuando me acuerdo de mi hermana mayor, mi ejemplo a seguir, y de una de las metáforas que le planteaba a una antigua alumna suya.
Le decía: “Tu vida es como una línea. Naces y es perfecta, totalmente vertical. Según avanzas en tu camino cometes errores, errores que te hacen crecer o que inclinan la línea.”

Durante éste tiempo vi la línea muy pegada al suelo y me asusté, también es cierto que soy algo melodramática y que me tomo las cosas muy a la tremenda, pero el hecho de verme con la soga al cuello me hizo reflexionar y salvar la situación como pude.

Me olvidé de lo importante para mí.

Lo peor que le puede pasar a una persona es perderse a sí misma, olvidarse de sus sueños y metas e inclinar su línea.