Sí, no me lo nieguen, todos hemos pasado noches enteras pensando, intentando dar solución a algo, que por el momento parece imposible y nos supera.
Todos tenemos días raros, ausentes, días en los que por algún motivo, solo entendible por nuestras cabecitas, parece que no vivimos. No sé, da igual, sea lo que sea que nos oprime el pecho, parece ser siempre mayor que nosotros, y ahí, solo en ese momento, no nos vemos capaces de seguir caminando, ni de salir, vivir, respirar, las paredes se te echan encima…es curioso como, en ese estado emocional crítico, los días parecen suceder el doble de lentos, macabra tortura.
Y esa sensación que recorre tu mente, indescriptible, te pierde. Es como…encontrarse en medio de la nada sin saber ni donde estás ni hacia donde deberías ir para llegar a un sitio donde ponerte a salvo. Las dudas te inundan por completo y no ves nada mas que oscuridad y cuando logras abrir los ojos ves que estas como en una calle sin salida, y una vez más, no sabes ni cómo ni por qué estas ahí.
Desesperado intentas buscas una salida, una solución exprés a todo, que siempre, por alguna razón, termina perdiéndote aún mas.
Y después de dar vueltas y vueltas sobre ti mismo llegarás a la misma conclusión a la que llegué yo hace un tiempo…. Y es que digo yo, ¿no será más fácil SENTIR, seguir y no pensar?
Siempre hay que buscar sentirse bien, y que más da que no sea todo perfecto…. Habrá que conservar la calma y dar rienda suelta al corazón.
