¿Conoces la sensación de mirarte al espejo y no reconocerte?
ES algo difícil no saber quién eres, cuando se pierde un poquito más la fe y el espejo te escupe lo que eres y lo que no querías ser y lo fuiste. Espejo roto, y siete años de mala suerte.
Cuando ya no queda nada, sólo el placer de la nostalgia cuando estoy a solas o un vago recuerdo que te recuerda lo que era la tranquilidad de la felicidad, es cuando entra el miedo... siempre tan oportuno.
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